El CEIP Praia de Quenxe estará cardioprotegido. Conoce su estrategia de Cardioprotección diseñada por Salvavidas Cardio

Convertir un colegio en un Espacio Cardioprotegido es una acción que salva vidas. En el CEIP Praia de Quenxe, en Corcubión, este sueño está a punto de hacerse realidad gracias al esfuerzo colectivo de la comunidad escolar y la implicación de su ANPA, Alén. A través de la iniciativa solidaria conocida como «Pulseras Salvavidas», el centro contará próximamente con un desfibrilador externo automático (DEA), profesores formados en reanimación cardiopulmonar (RCP) y todo lo necesario para actuar con rapidez ante una emergencia cardíaca.

Una iniciativa solidaria con vocación de salvar vidas

La propuesta fue impulsada por Raquel Blanco, tesorera del ANPA Alén y profesional del ámbito sanitario, quien presentó a la asociación de madres y padres una propuesta clara: cardioproteger el colegio. El método para conseguirlo: la participación en una campaña de financiación colectiva mediante la venta de pulseras solidarias.

Cada pulsera tiene un coste simbólico de 3 euros, y el objetivo mínimo inicial consistía en vender 400 unidades para poder optar al pack básico que incluye un desfibrilador. Sin embargo, desde un principio, la comunidad escolar de Corcubión —junto con habitantes de toda la comarca— se volcó con la iniciativa, permitiendo alcanzar un objetivo superior: el pack completo de cardioprotección.

Pulseras que salvan vidas

Gracias a la venta de 620 pulseras, cifra que se alcanzó con la mediación del 061 de Burela, el centro escolar no solo recibirá un desfibrilador, sino que también contará con una vitrina homologada, formación oficial en RCP y uso del DEA para ocho personas, una placa de Espacio Cardioprotegido y todos los elementos necesarios para convertir al CEIP Praia de Quenxe en un entorno seguro para su alumnado, profesorado y visitantes.

La intervención del 061 de Burela fue clave, tal como reconoce Raquel Blanco. No solo se encargaron de facilitar el proceso, sino que también negociaron mejores condiciones con la iniciativa Salvavidas, haciendo más accesible el pack completo. Esta colaboración institucional ha sido esencial para garantizar el éxito del proyecto.

Libertad y compromiso: la clave del éxito

Uno de los valores más destacados de esta campaña ha sido la libertad con la que cada participante ha podido contribuir. Aunque inicialmente se planteó la venta de 5 pulseras por alumno, en la práctica cada familia aportó según sus posibilidades. Algunas lograron vender 5, otras llegaron a las 70.

“Lo importante no era la cantidad individual, sino el objetivo colectivo”, destaca Blanco. Esta filosofía ha generado un clima de colaboración sincera, de apoyo mutuo y de concienciación sobre la importancia de la cardioprotección escolar.

Además, este logro colectivo no se detendrá con la entrega del desfibrilador. La comunidad educativa de Corcubión ya se plantea seguir vendiendo pulseras con el fin de adquirir recambios de parches y baterías, asegurando que el equipo esté siempre operativo en condiciones óptimas ante cualquier eventualidad.

¿Por qué cardioproteger un centro escolar?

La muerte súbita no distingue de edad ni de lugar. Aunque es más común en adultos, la parada cardiorrespiratoria también puede ocurrir en niños y adolescentes, especialmente ante condiciones preexistentes no diagnosticadas. De ahí la importancia de disponer de un DEA en los colegios, donde conviven a diario cientos de personas.

Los datos respaldan la necesidad: el 80% de las paradas cardíacas se produce fuera del entorno sanitario, y cada minuto que pasa sin intervención reduce un 10% las posibilidades de supervivencia. En ese contexto, el acceso rápido a un desfibrilador puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte.

Además, la cardioprotección escolar no solo beneficia a los alumnos. También protege a profesores, personal de administración, monitores, familias y cualquier persona que, en un momento dado, pueda encontrarse en el recinto escolar.

Formación en RCP: saber actuar para salvar vidas

Uno de los pilares del proyecto es la formación. El pack de cardioprotección adquirido por el CEIP Praia de Quenxe incluye un curso homologado en RCP y uso del desfibrilador para ocho personas, que serán las encargadas de liderar la respuesta ante una emergencia.

Esta formación, además de capacitar al personal del centro, crea una red de seguridad real y efectiva dentro del colegio. Saber reconocer una parada cardíaca, llamar a emergencias, iniciar la reanimación y utilizar el desfibrilador hasta la llegada de los sanitarios son pasos vitales para garantizar la supervivencia de la víctima.

La iniciativa refuerza también la concienciación colectiva sobre la importancia de la respuesta temprana, promoviendo una cultura de prevención y acción ante las emergencias.

Un modelo replicable en otros centros

Raquel Blanco anima a otros centros escolares de la comarca y de toda Galicia a seguir este ejemplo. «Todos los colegios deberían disponer de un DEA y de profesorado formado», señala con convicción. La fórmula es sencilla: una comunidad unida, una meta clara, y una pequeña aportación económica que, multiplicada por la solidaridad, se traduce en un equipo capaz de salvar vidas.

La experiencia del CEIP Praia de Quenxe demuestra que con voluntad, colaboración y herramientas adecuadas, cualquier centro puede convertirse en un espacio cardioprotegido. La fórmula de las pulseras solidarias es accesible, participativa y eficaz. Y, lo que es más importante, deja una huella educativa en los más pequeños, que crecen sabiendo que salvar una vida está a su alcance.

Espacios cardioprotegidos, una necesidad creciente

Cada vez más colegios, institutos, polideportivos, centros cívicos y empresas optan por instalar desfibriladores en sus instalaciones. Se trata de una medida de seguridad básica, al igual que contar con extintores o salidas de emergencia.

Además, algunas comunidades autónomas están avanzando en normativas que obligan a contar con desfibriladores en determinados espacios, incluidos centros escolares. Adelantarse a la ley es una decisión inteligente y responsable, sobre todo cuando se puede hacer mediante fórmulas solidarias como esta.

Próximamente, un colegio cardioprotegido en Corcubión

El CEIP Praia de Quenxe se encuentra en la recta final de este proyecto. Una vez recibidas las aportaciones correspondientes a la venta de pulseras, la entrega del desfibrilador y la formación se llevarán a cabo. Todo apunta a que será a principios del próximo año cuando el colegio cuente oficialmente con su desfibrilador, su vitrina homologada, su personal formado y su placa identificativa como Espacio Cardioprotegido.

La comunidad de Corcubión puede estar orgullosa: ha demostrado que la solidaridad tiene un impacto real y directo sobre la vida de las personas. Lo que comenzó como una propuesta en una reunión del ANPA hoy es una realidad que puede salvar vidas.

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