A la hora de intervenir y ayudar a una persona que está en parada cardiorrespiratoria, es fundamental disponer de un desfibrilador, pero…Saber realizar la maniobra de RCP es primordial, por lo que las compresiones torácicas de calidad juegan un papel muy importante.
En el artículo de hoy, te cuento como realizar unas compresiones torácicas de calidad a la hora de ejecutar la maniobra de RCP. Quédate hasta el final que te lo cuento todo.
¿Para qué sirven las compresiones torácicas?
La función principal de las compresiones torácicas es la de hacer llegar sangre oxigenada a todos los órganos, sobre todo a los órganos vitales, principalmente al cerebro y pulmones.
Cuando se realiza una RCP o masaje cardiaco externo de calidad, esa compresión, descompresión y ritmo, es suficiente para sustituir a ese corazón que, debido a la parada cardiorrespiratoria, no lo hace de manera propia hasta que se reestablezca por sus propios medios o por el uso de un desfibrilador.
¿Cómo deben realizarse las compresiones torácicas para que sean de calidad?
- Colocar las manos de forma correcta
Las manos se colocan en el centro inferior del esternón, colocando el talón de una de las manos en sentido esternón, adaptándose al ancho y centralizando la energía en un punto, así conseguimos aprovechar toda nuestra energía.
- Profundidad, número y ritmo de compresiones torácicas
La descompresión debe de ser igual a la compresión para poder llenar de nuevo el corazón y repetirlo en tiempo (ritmo).
Seguiremos los algoritmos ERC (European Resuscitation Council) realizando 30 compresiones torácicas y 2 ventilaciones, estas últimas solo si estamos entrenados a un ritmo de 100 y 120 compresiones por minuto.
Las compresiones torácicas, una vez iniciadas, no deben interrumpirse durante más de 10 segundos. Esto es porque disminuye bruscamente la presión de perfusión cerebral, es decir, el flujo sanguíneo al cerebro. Y se tardan unas cuantas compresiones desde que iniciamos la RCP en volver a alcanzar el límite adecuado de presión para que la sangre alcance el cerebro.
Hay estudios que indican que los pacientes que recibieron menos interrupciones a la hora de hacer RCP tienen un mayor éxito en el retorno a la circulación espontánea y una mayor supervivencia tras el alta hospitalaria.
La profundidad de las compresiones recomendada para adultos es de entre 5 y 6 cm, suficiente para poder comprimir la cavidad del corazón.
Esta profundidad en niños (menores de 8 años) y lactantes varían, las compresiones en estos casos deben deprimir por lo menos un tercio del diámetro de la cara anteroposterior del tórax (4 cm en lactantes). En los niños, ante la duda, las compresiones se realizarán como en los adultos. También hay que recordar que se puede utilizar una mano o dos dedos en las compresiones a niños y lactantes.
El ritmo de 100-120 es suficiente para que el corazón se pueda vaciar gracias a la descompresión o recuperación y que se vuelva a llenar con la compresión. Si se hace más rápido, al corazón no le da tiempo a llenarse, por lo que estas compresiones no son tan efectivas. Y si se realiza más lentamente, la sangre no llega al cerebro.
- Posibles complicaciones
Las complicaciones más frecuentes son fracturas costales o esternales y vómitos.
¿Se pueden romper costillas? Esta es la típica pregunta en las formaciones, hay que pensar que la fuerza que ejercemos es en el esternón (hueso duro del tórax) y que acompañado de las costillas y cartílagos también absorben parte de esta presión.
Por lo tanto, ante la duda de daño si no se hace RCP, el paciente no tiene posibilidad de supervivencia, por lo que las fracturas de huesos quedan en segundo plano.
En las mayorías de formaciones se disponen de maniquí que simulan esta RCP de calidad pudiendo practicar en varios torsos.
La formación y reciclaje en empresas homologadas también contribuyen, y mucho, a que la RCP sea de calidad y quitar el miedo.
Hablemos entonces de las compresiones torácicas de calidad descritas anteriormente
– Iniciar las compresiones torácicas cuanto antes.
– Realizar las compresiones en la mitad inferior del esternón, ante la duda en el centro del pecho. Comprima una profundidad de al menos 5 cm, pero no más de 6 cm.
– Comprimir el tórax a un ritmo de 100-120 compresiones por minuto con el menor número de interrupciones posible.
– Dejar que el tórax se recupere por completo, después de cada compresión.
– Realizar las compresiones torácicas sobre una superficie firme siempre que sea posible.
– Si estamos entrenados, administrar dos ventilaciones de rescate.
– Alternar 30 compresiones torácicas con dos ventilaciones de rescate.
– Si no está capacitado para proporcionar ventilaciones de rescate, proporcionar compresiones torácicas ininterrumpidas, hasta la llegada de los equipos de emergencia, haya signos de vida de la víctima o agotamiento del reanimador.
Realmente no hay mucha variación a lo expuesto anteriormente, al final, todos podemos realizar estas compresiones torácicas de calidad.
Se trata de animar a la población y ser conscientes de que nuestras manos salvan vidas y que nosotros mismo formamos porte la cadena de supervivencia.
Compresiones guiadas telefónicamente
Los operadores de los centros coordinadores de urgencias y emergencias están entrenados para guiar lo que se denomina: RCP asistida telefónicamente. Ellos darán instrucciones precisas al o los alertantes sobre qué se tiene que hacer hasta la llegada de los equipos de emergencias sanitarias.
Además, tranquilizarán a la víctima en la medida de lo posible.
Colocando el teléfono en manos libres se realizarán una serie de indicaciones. Principalmente se basarán en indicar donde realizar las compresiones y hacer de guías para mantener el ritmo adecuado de las mismas.
Caso de éxito
Hace unos años nos encontramos una PCR (parada cardiorrespiratoria) en la que una vecina en silla de ruedas estaba guiando a un vecino junto con indicaciones del 061 de cómo realizar esta técnica. Gracias a estas compresiones y al uso de un DESA se pudo recuperar a esa persona y hoy en día no tiene secuelas.
Hay que recordar que la única RCP mal hecha es la que no se hace. Además, no hay impedimento para poder guiar una RCP.
Juntos podemos salvar vidas.
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