Cada año, miles de personas pierden la vida a causa de los paros cardiacos y respiratorios. Una de las medidas más eficaces ante estas situaciones es la RCP (reanimación cardiopulmonar).

Hoy te voy a contar en que consiste la RCP y como hay que actuar ante una situación de paro cardiaco o respiratorio. Quédate hasta el final que te lo cuento todo.

Antes de nada, me gustaría que te imaginaras en la siguiente situación: estas tranquilamente paseando por el parque en verano y, de repente, ves a una persona que se desploma delante de ti.

Resulta que esa persona está sufriendo una parada cardiaca ¿Qué es lo que harías? ¿Cómo reaccionarias? ¿Cómo actuarías?

Pues bien, lo que te voy a contar a continuación te será de mucha utilidad, atento.

Primero ¿Qué es una parada cardiorrespiratoria?

Una parada cardiorrespiratoria es un suceso brusco e inesperado de la función cardiaca, pudiendo ser provocado por un fallo eléctrico del corazón o por una depresión respiratoria que conlleva el cese del funcionamiento del músculo cardiaco por una hipoxia.

En esta situación, el flujo sanguíneo se detiene y no transporta el oxígeno al resto del organismo, donde destacaremos su importancia a nivel cerebral.

El encéfalo es un órgano muy sensible y en pocos minutos se ve dañado, esto se muestra en una gráfica (Curva de Drinker) donde observamos que cada minuto que pasa, se reduce un 10% la supervivencia cerebral.

Segundo ¿Qué es la Reanimación Cardiopulmonar (RCP) y por qué es conveniente saber hacerla?

La reanimación cardiopulmonar (RCP) es un procedimiento que posibilita salvar vidas cuando una persona ha sufrido una parada cardiaca o respiratoria.

La parada cardiaca o respiratoria puede ocurrir en numerosas situaciones, ya sea por un atragantamiento, un fallo cardiaco o un coma inducido por tóxicos. Estos suelen ser los motivos más comunes por los que ocurren las paradas cardiacas y respiratorias.

Pero entonces… ¿En qué consiste realmente la RCP?

La RCP consiste en realizar maniobras de resucitación combinadas, con el objetivo de mantener la circulación sanguínea. Esto se consigue gracias a las compresiones torácicas y las ventilaciones artificiales. Así mantendremos la sangre oxigenada el mayor tiempo posible hasta la llegada de los servicios de emergencias.

Volviendo al supuesto imaginario, ahora que ya tenemos claro que es la parada cardiorrespiratoria y la RCP…

¿Qué tengo que hacer si alguien sufre una parada cardiorrespiratoria a mi alrededor?

En primer lugar, hay que recordar que es de vital importancia actuar, aunque no sepamos. Es mucho mejor hacer algo que no hacer nada, ya que con nuestra actuación vamos a colaborar a salvar una vida.

Nuestra primera intervención será poner en marcha la cadena de supervivencia, llamando al 112. Después comprobaremos la consciencia y continuaremos con el algoritmo. Para ello hablaremos alto con la víctima y sacudiremos suavemente por los hombros.

En el caso de que responda, deberemos de tranquilizar a la persona y movilizar en el caso de necesitarlo o tener consentimiento por parte de los servicios de emergencias.

Si no responde, comprobaremos la respiración. Abriremos la vía aérea con la maniobra frente-mentón. Para ello, pondremos el canto de la mano en la frente de la víctima y dos dedos de la otra mano en su mentón, realizaremos una hiperextensión del cuello. De esta manera, evitamos que la lengua bloquee la vía aérea.

Ahora valoraremos la respiración. Lo realizaremos mediante la maniobra V-O-S (Ver, Oír, Sentir). Para ello, acercaremos el oído y mejilla a su boca para oír y sentir si respira, situando nuestra mirada sobre su tórax y abdomen para mirar si se mueven con la respiración.

Si respira, hay que ponerla en la posición lateral de seguridad (PLS) para evitar que un posible vómito obstruya las vías respiratorias. Además, la lengua puede comprometer la apertura de la vía aérea, dificultando el flujo de aire.

Para realizar esta maniobra vamos a realizar los siguientes pasos:

  • Sitúa a la víctima en decúbito supino (boca arriba) y colócala en bloque.
  • Colócate de rodillas en el lateral de la víctima.
  • Pon su brazo más cercano a ti en ángulo recto de 90º con respecto a su cuerpo y con la palma de la mano hacia arriba.
  • Colócale el otro brazo cruzado sobre su pecho y su canto de la mano, con el pulgar apoyado en su cuello.
  • Flexiona su rodilla más alejada dejando su talón bien apoyado en el suelo.
  • Tracciona hacia ti el cuerpo de la víctima con las manos situadas en su rodilla y su hombro.
  • Estabiliza esta posición movilizando la rodilla en un ángulo de 90º con su cadera.
  • La mano que tenía en la mejilla, colócala bajo su cabeza y realiza una leve extensión del cuello para abrir vía aérea y alejar las secreciones de la vía respiratoria si tuviera.

Si no respira, comenzaremos con la maniobra RCP, siguiendo las indicaciones del 112 que estará en modo manos libres.

En el caso de disponer de un desfibrilador, debemos de realizar la maniobra siguiendo sus indicaciones.

Si no disponemos de él aún, deberemos realizar las compresiones torácicas. Si quieres saber cómo se hacen unas compresiones de calidad, puedes leer nuestro artículo sobre las compresiones torácicas pinchando aquí.

Para ello, alternaremos cada 30 compresiones, dos ventilaciones, siguiendo las recomendaciones de la ERC 2021.

No debemos parar hasta darse uno de estos tres supuestos:

  1. Que la víctima recupere signos de vida. En este caso movilizaremos a la víctima en PRL sin apagar el desfibrilador ni desconectar los electrodos.
  2. Que lleguen los servicios de emergencias.
  3. Que el resucitador esté exhausto.

Para cualquier duda o consulta, puedes escribirnos a marketing@salvavidas.com. Estaremos encantados de poder ayudarte.