Este es un resumen de una Carta al Director publicada por la revista Medicina Intensiva en mayo de 2011.

“En un hotel turístico de las Islas Canarias, se estaba impartiendo un curso de instructor de SVB + DESA. Los instructores llevaban además de los DESAs de entrenamiento, uno real por precaución en caso de que fuese necesario. Durante un descanso, el personal del hotel acudió angustiado pidiendo ayuda a los instructores porque un cliente había tenido una súbita pérdida de consciencia.

Tanto los instructores como los alumnos se acercaron al lugar del incidente. Tras confirmar la inconsciencia se avisó al 112 y se comenzaron maniobras de RCP según las instrucciones del Desfibrilador Externo Automático, con varios intentos de desfibrilación. Se llegó a una recuperación de la circulación espontánea (RCE) aunque con importantes trastornos de conducción.

Tras la llegada del equipo de Soporte Vital Avanzado (SVA) el paciente tuvo tres nuevas paradas. Tras las maniobras de SVA con masaje cardíaco externo, intubación orotraqueal y administración de fármacos consiguieron transformarse en un ritmo sinusal estable.

Pronóstico

En ese momento el estado neurológico del paciente era muy malo, tanto que el responsable del equipo de SVA dijo a los primeros intervinientes que la recuperación de la víctima sería “un milagro”.

El mal pronóstico de la víctima fue ratificado por el personal de la Unidad Coronaria a la que se trasladó a este paciente, así como por la Unidad de Cuidados Intensivos del mismo hospital, descartando ambos su ingreso y quedando el paciente en el área de observación de Urgencias a la espera de una posible donación de órganos.

El desánimo se apoderó de los alumnos del curso, viendo que sus esfuerzos habían resultado prácticamente en vano, pero los instructores les recordaron que el estado neurológico temprano no es signo de mal ni de buen pronóstico y que se habían realizado las maniobras de forma adecuada por lo que no tendría por qué haber un pronóstico tan desfavorable.

Al  finalizar el curso y preguntar por el estado del paciente, descubrieron que éste había despertado, tratado en una sala de hemodinámica y admitido en la Unidad Coronaria con buen pronóstico. Unos días después, la unidad coronaria, le dio de alta».

Este impresionante caso descrito en la carta nos enseña varias cosas:

  1. En primer lugar, que la correcta actuación de los primeros intervinientes, con maniobras de RCP Básica acompañadas por el uso del DESA puede salvar la vida de una persona.
  2. También destaca la importancia de seguir todos los eslabones de la Cadena de Supervivencia. (Pedir ayuda, RCP Básica, Desfibrilación temprana y Soporte Vital Avanzado) para conseguir tanto la supervivencia de la víctima como un buen estado mental tras la recuperación.

Por último nos confirma que,el estado de un paciente en el momento de la RCE no es premonitorio sobre cuál va a ser la evolución del mismo.

Esta carta la escribió J.A. Álvarez Fernández y J.F. Cabrera Torres y puede encontrarse íntegra en la siguiente dirección.

http://www.medintensiva.org/es/parada-cardiaca-durante-un-curso/articulo/S0210569111000052/