Paradas cardiacas en Londres. Un estudio revela esta cifra de casos de parada cardiaca durante la primera oleada de Covid. Toda la info aquí.

Paradas cardíacas en Londres durante la pandemia: el impacto invisible del COVID-19

La primera ola de la pandemia de COVID-19 dejó cifras devastadoras no solo en cuanto a contagios y fallecimientos por el virus en sí, sino también en relación con sus consecuencias indirectas sobre la salud general de la población. Una reciente investigación llevada a cabo en el Reino Unido ha revelado un dato especialmente preocupante: durante los meses más duros de la pandemia, las paradas cardíacas extrahospitalarias se dispararon en un 81% en Londres, y las tasas de supervivencia se desplomaron.

3.122 paradas cardíacas en solo dos meses

Según el estudio, publicado en medios británicos y realizado por expertos en medicina de emergencias, entre el 1 de marzo y el 30 de abril de 2020, se registraron en Londres un total de 3.122 paradas cardíacas fuera del ámbito hospitalario. En ese mismo período del año anterior, 2019, se habían contabilizado 1.724 casos. Esto supone un incremento alarmante que obliga a reflexionar sobre los efectos colaterales de una crisis sanitaria sin precedentes.

Lo más dramático de estos datos es la baja tasa de supervivencia: solo 49 personas lograron sobrevivir en 2020, frente a las 70 que fueron rescatadas con vida en 2019. Esto representa una caída de casi el 30% en el número de vidas salvadas.

¿Qué relación existe entre el COVID-19 y las paradas cardíacas?

Los investigadores establecieron una correlación clara entre el aumento de contagios por coronavirus y la incidencia de paradas cardíacas extrahospitalarias (PCEH). Según los datos del estudio, por cada 100 nuevos casos de COVID-19, se produjeron cinco paradas cardíacas más al día. Este vínculo sugiere que la pandemia no solo tuvo un impacto directo a través de la infección, sino también indirecto sobre pacientes que padecían enfermedades cardiovasculares, muchas veces sin diagnosticar.

Entre los factores que pudieron influir en este aumento, los autores destacan:

  • El miedo al contagio: muchas personas evitaban acudir al hospital a pesar de presentar síntomas preocupantes, como dolor torácico o dificultad para respirar, por miedo a infectarse con el virus.
  • Retrasos en la respuesta de emergencias: los servicios de ambulancias estuvieron desbordados durante las semanas más críticas. El tiempo medio de llegada a una emergencia se elevó hasta los 9,3 minutos, por encima del objetivo nacional del sistema de salud británico (NHS) de 7 minutos para emergencias graves.
  • Demoras en la atención telefónica: los centros de atención de llamadas de emergencia también sufrieron importantes bajas por enfermedad, lo que provocó retrasos en la respuesta, con una media de espera de más de tres minutos, frente a los siete segundos habituales antes de la pandemia.
  • Colocación del EPI: los equipos de emergencias debían colocarse el equipo de protección individual antes de asistir al paciente, lo que aumentó aún más los tiempos de intervención.

Más personas intentaron realizar RCP

Un dato positivo que se extrae del estudio es el aumento de la intervención por parte de testigos presenciales. Antes de la pandemia, aproximadamente el 52% de los testigos de una parada cardíaca iniciaban maniobras de RCP. En 2020, esa cifra aumentó hasta el 63%. Esto indica un mayor compromiso ciudadano y un reflejo de la creciente conciencia sobre la importancia de actuar con rapidez ante una emergencia cardíaca.

Este incremento en la realización de maniobras de reanimación por parte de personas no sanitarias podría explicarse también por la gran cobertura mediática sobre la importancia de la RCP y el uso de desfibriladores durante los primeros meses de pandemia, así como por campañas de concienciación realizadas desde diversas organizaciones sanitarias.

¿Qué podemos aprender de Londres?

El caso de Londres debe servir como una llamada de atención a todas las ciudades europeas, incluida cualquier urbe española. La pandemia ha demostrado que el sistema sanitario puede colapsar rápidamente, y que en una situación de emergencia masiva, es fundamental contar con recursos disponibles a nivel comunitario.

Instalar desfibriladores DEA en espacios públicos y privados se ha convertido en una necesidad urgente. Su presencia en portales de edificios, comunidades de vecinos, estaciones de transporte, centros deportivos, supermercados, empresas, colegios y universidades puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

Igualmente esencial es ofrecer formación continua en Soporte Vital Básico (SVB) y uso del DEA a la población general. No basta con tener un desfibrilador disponible si nadie sabe cómo usarlo o si el miedo bloquea la actuación de un testigo.

La importancia de contar con un desfibrilador DEA DESA

Los desfibriladores externos semiautomáticos (DESA) y automáticos (DEA) son dispositivos diseñados para ser utilizados por cualquier persona, aunque no tenga formación médica. Gracias a sus instrucciones por voz y sus sensores inteligentes, guían al reanimador paso a paso para realizar correctamente la descarga eléctrica si el corazón lo necesita, así como las compresiones torácicas durante la RCP.

Actuar en los tres primeros minutos tras una parada cardíaca súbita multiplica por cuatro las posibilidades de supervivencia. Si se dispone de un desfibrilador cercano y se inician maniobras de RCP antes de la llegada de los servicios de emergencia, el pronóstico cambia radicalmente.

En entornos como residencias de ancianos, centros educativos, estaciones de transporte y oficinas, disponer de un DEA se ha convertido en una medida básica de seguridad.

En Salvavidas Cardio apostamos por la prevención

Desde Salvavidas Cardio queremos seguir sensibilizando a la ciudadanía, instituciones y empresas sobre la importancia de crear espacios cardioprotegidos. Apostamos por un modelo integral que incluye:

  • Instalación de desfibriladores DEA DESA.
  • Formación homologada en primeros auxilios y soporte vital básico.
  • Mantenimiento preventivo y revisiones técnicas de los equipos.
  • Asesoramiento legal y gestión del registro obligatorio de desfibriladores.

Nuestro compromiso es claro: salvar vidas y ayudar a construir una sociedad preparada para reaccionar ante emergencias cardiovasculares.

Conclusión

Los datos que nos llegan desde Londres reflejan una realidad que podría repetirse si no tomamos medidas a tiempo. Las paradas cardíacas fuera del hospital siguen siendo una de las principales causas de muerte en Europa. El COVID-19 ha demostrado cómo una crisis sanitaria puede agravar una emergencia ya existente.

Es el momento de actuar, de apostar por la prevención, de formar a las personas y de dotar a los espacios públicos y privados de desfibriladores accesibles.

Si estás interesado en instalar un DEA en tu empresa, comunidad o centro educativo, en Salvavidas Cardio te ofrecemos todas las facilidades. Porque cada minuto cuenta, y una vida salvada es un mundo entero que continúa.

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