El pasado 13 de septiembre, la clínica dental Ismael Quijada (Plasencia), instaló en su establecimiento un desfibrilador Zoll AED PLUS.
Cada vez son más las clínicas dentales que además de cuidar la salud bucodental de sus clientes, cardioprotegen sus instalaciones para brindar mayor seguridad a sus clientes.
La muerte súbita se produce de forma repentina e inesperada en una persona que aparentemente se encuentra sana. Cuando ocurre la parada cardíaca el corazón pierde la capacidad de contraerse y deja de latir (fibrilación ventricular).
En la clínica dental Ismael Quijada saben a la perfección que adquirir un desfibrilador es una buena inversión ya que nunca se sabe en qué momento un paciente puede sufrir un paro cardíaco. Además, durante una intervención quirúrgica, el paciente puede reaccionar de manera negativa y tener una reacción alérgica o sufrir efectos secundarios.
En muchas intervenciones los dentistas utilizan anestesia y esto puede elevar el riesgo de paro cardíaco. Un alto contenido de anestesia en el plasma sanguíneo puede producir bradicardias, arritmias, hipotensión, y parada cardíaca.
Que una persona sobreviva o no a una parada cardiorrespiratoria, depende en gran medida de la rapidez con la que se intervenga. Tener un desfibrilador automático o semiautomático aumenta las probabilidades de supervivencia.
El tiempo es un factor muy importante ya que si en las instalaciones no hay un DEA o DESA, probablemente la víctima tendrá un alto porcentaje de sufrir secuelas neurológicas o de fallecer.
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