Las enfermedades cardíacas y la contaminación. En este post te contamos la relación entre ambos conceptos. Toda la info sobre cardioprotección aquí.

Contaminación atmosférica y riesgo cardiovascular: un enemigo silencioso que puede causar paradas cardiorrespiratorias

Aunque a menudo se asocian los problemas cardíacos a la genética, el estilo de vida o la edad, hay otro factor igual de peligroso que pasa desapercibido en muchas ocasiones: la contaminación atmosférica. A medida que nuestras ciudades crecen, también lo hace la exposición diaria a contaminantes que afectan de forma directa a nuestro corazón y sistema respiratorio.

De hecho, cada vez más estudios demuestran que una exposición prolongada a la contaminación del aire puede aumentar significativamente el riesgo de sufrir una parada cardiorrespiratoria. Por lo tanto, no se trata solo de una cuestión medioambiental, sino de salud pública.

La contaminación: un agente silencioso que entra por la respiración

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido clara al respecto: las toxinas emitidas por los vehículos, las fábricas y otras actividades humanas no solo ensucian el aire que respiramos, sino que penetran directamente en nuestro organismo a través de la respiración.

Una vez inhaladas, estas partículas llegan a los pulmones y, posteriormente, al torrente sanguíneo, desencadenando una serie de reacciones químicas que dañan las células y agravan enfermedades preexistentes. En consecuencia, se produce un impacto acumulativo que afecta directamente al corazón.

Calidad del aire, calidad de vida

Uno de los principales indicadores de la calidad de vida en una ciudad es la calidad de su aire. Sin embargo, en muchas urbes, el nivel de contaminación supera con creces los límites seguros establecidos por organismos internacionales.

Como resultado, las enfermedades cardiorrespiratorias no solo aumentan en frecuencia, sino también en severidad. La exposición constante a ciertos contaminantes puede derivar en una crisis aguda como una parada cardiorrespiratoria, especialmente en personas vulnerables.

¿Qué sustancias son las más peligrosas?

Entre los principales contaminantes atmosféricos, el dióxido de nitrógeno (NO₂) destaca por su impacto negativo en la salud. Este gas, derivado principalmente del tráfico rodado y la combustión industrial, no es absorbido por las plantas y, por tanto, se acumula cerca del suelo.

Esto significa que los habitantes de las ciudades están constantemente expuestos a concentraciones peligrosas de NO₂, especialmente en zonas con alta densidad de tráfico. Además, este gas ha sido vinculado a problemas respiratorios graves y fallos cardíacos en personas con afecciones preexistentes.

Por lo tanto, mitigar este tipo de contaminación debe ser una prioridad en políticas urbanas y de salud pública.

¿Qué dice la OMS sobre la contaminación del aire?

La Organización Mundial de la Salud ha advertido que más del 90% de la población mundial respira aire que supera los límites recomendados de calidad. De hecho, en septiembre de 2021, la OMS endureció los valores límites de concentración de contaminantes, estableciendo nuevas directrices más exigentes.

Como consecuencia directa, ciudades como Madrid, Barcelona o Granada cuadruplicarían los niveles considerados seguros según estos nuevos parámetros. Este cambio ha impulsado a muchos gobiernos y ayuntamientos a tomar medidas más estrictas para mejorar la calidad del aire.

Barcelona: un ejemplo de compromiso ambiental

En este contexto, algunas ciudades han comenzado a implementar medidas concretas. Barcelona, por ejemplo, ha destinado presupuestos importantes para “descarbonizar la ciudad”, apostando por la movilidad sostenible, zonas de bajas emisiones y campañas de concienciación ciudadana.

En consecuencia, estos esfuerzos no solo buscan reducir las emisiones contaminantes, sino también proteger la salud cardiovascular de sus habitantes, especialmente la de los más vulnerables.

Niños y personas mayores: los más afectados

No todas las personas sufren de igual forma los efectos de la contaminación. Niños, personas mayores y personas con enfermedades crónicas son especialmente sensibles a los contaminantes del aire.

  • Los niños, por su sistema inmune aún en desarrollo, respiran más aire por kilogramo de peso corporal que los adultos y están más expuestos a partículas contaminantes.
  • Los ancianos, por su fragilidad fisiológica, presentan mayor riesgo cardiovascular y respiratorio ante niveles altos de polución.
  • Las personas con hipertensión, diabetes, colesterol elevado o estrés crónico también se consideran grupos de alto riesgo.

Por consiguiente, es fundamental proteger a estos colectivos y reducir su exposición a entornos contaminados.

La recomendación: evitar zonas contaminadas y estar alerta

La principal recomendación para las personas vulnerables es evitar la exposición innecesaria a zonas con alta contaminación. Esto incluye, por ejemplo, evitar paseos largos en calles con tráfico intenso, no realizar actividad física al aire libre en días con mala calidad del aire y vigilar cualquier síntoma inusual, como fatiga repentina o dificultad para respirar.

Además, es importante estar informado sobre el índice de calidad del aire local y seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias.

Desfibriladores DEA y formación: medidas que salvan vidas

Dado que la contaminación atmosférica puede provocar más paradas cardiorrespiratorias, es necesario estar preparados para responder con eficacia. Instalar desfibriladores DEA en lugares estratégicos como escuelas, estaciones, edificios públicos y centros deportivos es una solución accesible y vital.

Asimismo, contar con personal formado en RCP (reanimación cardiopulmonar) y uso del desfibrilador marca la diferencia entre una emergencia resuelta con éxito o una tragedia.

Por lo tanto, ante un problema global como la contaminación, la prevención y preparación local se convierten en las herramientas más eficaces para salvar vidas.

Salvavidas Cardio: comprometidos con la salud pública y la prevención

En Salvavidas Cardio trabajamos no solo en la instalación de desfibriladores DEA en espacios públicos y privados, sino también en la formación de personas capacitadas para responder en los primeros minutos de una emergencia cardíaca.

Nuestra labor incluye:

  • Desfibriladores DEA de última generación certificados.
  • Planes de mantenimiento y revisiones técnicas.
  • Cursos de soporte vital básico (SVB) y uso del DEA adaptados a cada sector.
  • Asesoramiento legal y técnico para cumplir con la normativa autonómica.

En efecto, prevenir el riesgo cardiovascular es un trabajo que empieza en el entorno. Por eso, cardioproteger los espacios más vulnerables ante los efectos de la contaminación es una responsabilidad de todos.

¿Quieres cardioproteger tu ciudad, colegio, empresa o centro deportivo?

En Salvavidas Cardio te ayudamos a convertir tu espacio en un lugar más seguro frente a la parada cardiorrespiratoria.
👉 Escríbenos a salvavidas@salvavidas.com o visita www.salvavidas.com y solicita información sobre nuestro plan integral de cardioprotección con desfibriladores DEA.

Respira aire seguro. Instala un DEA. Salva vidas.

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