¿Cómo cardioproteger grandes superficies comerciales? Las grandes superficies comerciales, como pueden ser los centros comerciales, grandes almacenes, cadenas de hipermercados, parques comerciales y outlets, no son solo centros de consumo, sino también espacios donde miles de personas convergen a diario, aumentando el riesgo de que alguien sufra una emergencia médica, como las paradas cardiacas.

En este artículo te mostraremos un enfoque integral sobre cómo implementar medidas de cardioprotección en grandes superficies, desde la instalación de equipos hasta la formación y sensibilización del público.

Según datos de la Fundación Española del Corazón, en España ocurren anualmente 30.000 paros cardiacos extrahospitalarios, y la mayoría de estos se producen en lugares públicos.

Frente a esta realidad, cardioproteger estos entornos se vuelve esencial, no solo para cumplir con la normativa vigente, sino también para garantizar la seguridad y confianza de los clientes y empleados.

Importancia de cardioproteger las grandes superficies comerciales

La parada cardiaca es una emergencia médica donde cada minuto cuenta. Por cada minuto que pasa sin que se realice una desfibrilación o maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), las probabilidades de supervivencia disminuyen en un 10%.

Esto significa que, tras 10 minutos, las posibilidades de salvar a una persona son prácticamente nulas.

En espacios amplios y concurridos, como centros comerciales o grandes almacenes, estos riesgos aumentan debido a factores como:

  • La distancia entre las áreas donde puede ocurrir una emergencia y los puntos de acceso a desfibriladores.
  • La falta de formación en RCP del personal de las instalaciones y del público.
  • El desconocimiento sobre cómo actuar rápidamente ante una situación crítica.

Cardioproteger no solo salva vidas, sino que también proyecta un mensaje de responsabilidad social y refuerza la confianza de los visitantes en estos espacios.

Beneficios de la cardioprotección

Implementar medidas de cardioprotección tiene múltiples ventajas:

  • Salvar vidas. Incrementa significativamente las probabilidades de supervivencia en casos de paro cardiaco.
  • Cumplimiento normativo. Evita sanciones relacionadas con el incumplimiento de leyes automáticas o nacionales.
  • Mejora de la reputación. Proyecta una imagen de responsabilidad social que puede atraer a más clientes.
  • Reducción de riesgos legales. Minimiza la exposición a posibles demandas por negligencia en emergencias médicas.

Los 5 consejos para cardioproteger grandes superficies comerciales

1.  Instalación estratégica de desfibriladores (DEA)

El desfibrilador externo, ya sea automático (DEA) o semiautomático (DESA), es una herramienta clave en la cardioprotección. Estos dispositivos permiten realizar una descarga eléctrica controlada al corazón en caso de paro cardiaco, restableciendo su ritmo normal en cuestión de segundos. Sin embargo, su eficacia depende de varios factores relacionados con su instalación con su instalación y accesibilidad.

  • Ubicación. Para maximizar su utilidad, los DEAs deben colocarse en zonas estratégicas de alta concurrencia. Esto incluye entradas principales, zonas de restauración, áreas infantiles, pasillos centrales y aparcamientos. Es fundamental que estén distribuidos de manera que cualquier persona pueda acceder a uno en menos de 3 minutos a pie, una recomendación respaldada por el Consejo Europeo de Resucitación (ERC).
  • Número de equipos. El número de equipos adecuado varía según el tamaño, la afluencia y la distribución del recinto. Siempre hay que intentar asegurar que ningún punto quede fuera del rango de actuación.
  • Señalización visible. El equipo deberá estar protegido por una vitrina y correctamente señalizado, según normativa ILCOR.

2.  Formación en RCP y uso del DEA

Disponer de desfibrilador no es suficiente si las personas no saben cómo utilizarlos. La formación en reanimación cardiopulmonar (RCP) y el manejo de desfibriladores es crucial para responder de manera eficiente ante un paro cardiaco.

  • Formación del personal. Todo el personal del centro, desde vigilantes de seguridad hasta empleados de tiendas y personal de limpieza, debe recibir formación básica en primeros auxilios, RCP, y manejo del DEA.
  • Frecuencia de formación. Para mantener el conocimiento fresco, los cursos deben repetirse al menos cada 2 años. Además, se pueden realizar simulacros y talleres formativos de forma más recurrente.
  • Reducción del miedo. Muchas personas dudan en intervenir por miedo a cometer errores. La formación ayuda a superar esta barrera, destacando que el DEA está diseñado para guiar al usuario paso a paso, minimizando las posibilidades de error.

3.  Elaboración de un plan de emergencia cardiacas

La eficacia de una respuesta ante emergencia depende en gran medida de la planificación previa. Un plan de emergencia específico para casos de paro cardiaco garantiza una actuación coordinada y rápida.

  • Protocolos claros. El plan debe establecer qué hacer desde el momento en que se detecta una víctima hasta la llegada de los servicios de emergencia. Esto incluye pasos como:
  1. Identificar la emergencia y activar el plan.
  2. Llamar al 112 y proporcionar información precisa.
  3. Iniciar maniobras de RCP y uso del DEA.
  4. Guiar a los servicios sanitarios al lugar exacto.
  • Asignación de roles. Cada miembro del personal debe conocer su función específica en una emergencia, ya sea contactar a emergencias, manejar el DEA o controlar a los demás clientes para evitar aglomeraciones.
  • Colaboración externa. Coordinar el plan con servicios de emergencia locales, proporcionando mapas del recinto y detalles de las ubicaciones de los DEAs.
  • Simulacros periódicos. Estos ejercicios permiten evaluar y ajustar el plan según sea necesario, detectando puntos débiles y optimizando los tiempos de respuesta.

4.  Mantenimiento y supervisión de los equipos

Un desfibrilador en mal estado es inservible ante una emergencia, por lo que su mantenimiento regular es indispensable.

  • Revisiones rutinas. Los DEAs modernos suelen incluir sistemas de autodiagnóstico que alertan sobre fallos en el equipo. Sin embargo, es importante realizar inspecciones manuales presenciales para verificar su funcionamiento.
  • Situación de componentes. Las baterías y electrodos tienen fechas de caducidad que deben respetarse. En general, las baterías duran entre 2 y 5 años, mientras que los electrodos deben reemplazarse tras su uso o al vencimiento indicado.
  • Registro de mantenimiento. Llevar un registro actualizado de todas las revisiones, reemplazos y pruebas realizadas no solo asegura el cumplimiento legal, sino que facilita la detección de problemas recurrentes.
  • Contratación de expertos. Trabajar con empresas especializadas en la materia. Esto hará que se garantice el cumplimiento normativo.

5.  Fomento de un entorno cardioprotegido

Además de instalar equipos y formar al personal, es esencial promover una cultura de prevención y concienciación sobre la salud cardiaca.

  • Campañas informativas. Utilizar los recursos del propio recinto, como pantallas digitales y cartelería, para informar a los visitantes sobre cómo actuar ante un paro cardiaco.
  • Espacios saludables. Diseñar áreas de descanso cómodas, que reduzcan el estrés de los clientes. Esto puede incluir zonas con asientos ergonómicos, dispensadores de agua gratuitos y espacios para recreo para niños.
  • Normativa y compromiso. Dependiendo de la comunidad autónoma, ya existe regulaciones sobre la instalación de desfibriladores en grandes superficies comerciales. En aquellas que no, adelantarse a dichas normativas demuestra responsabilidad social y compromiso con la seguridad de los visitantes.

Esperamos que estos 5 consejos sobre como cardioproteger grandes superficies comerciales hayan sido de utilidad. Para cualquier duda o consulta, puedes escribir a marketing@salvavidas.com. Estaremos encantados de poder ayudarte.