La salud cardiovascular tras el COVID-19: ¿qué cambió?
El COVID-19 dejó secuelas importantes en la salud cardiovascular: aumento de paradas cardíacas extrahospitalarias, complicaciones en pacientes con factores de riesgo previos y necesidad de reforzar la prevención. Conoce qué cambió tras la pandemia y cómo proteger el corazón a largo plazo.
Qué significó la pandemia
La pandemia por COVID-19 no solo impactó en los sistemas sanitarios y en la vida social, sino que también dejó una huella profunda en la salud cardiovascular. Numerosos estudios han demostrado que el virus afecta al corazón y al sistema circulatorio, tanto de forma directa, a través de inflamación miocárdica o arritmias, como indirecta, debido al retraso en la atención de emergencias y a los cambios en los hábitos de vida durante los confinamientos.
En España y en otros países europeos, los datos muestran un incremento de paradas cardiacas extrahospitalarias, un menor acceso a desfibriladores públicos y retrasos en los tiempos de respuesta del sistema de emergencias. Analizar estas consecuencias es clave para diseñar estrategias que fortalezcan la cardioprotección en el futuro.
COVID-19 y el corazón: ¿cómo afecta el virus?
El SARS-CoV-2 no fue únicamente una enfermedad respiratoria. La evidencia científica confirmó que el virus podía afectar al corazón de distintas formas:
- Miocarditis y pericarditis: inflamación del músculo y del revestimiento del corazón.
- Arritmias: alteraciones en el ritmo cardíaco, algunas potencialmente mortales.
- Trombosis: mayor riesgo de formación de coágulos, que pueden provocar infartos o ictus.
- Síndrome inflamatorio multisistémico: especialmente en jóvenes y niños, con afectación cardiaca significativa.
Además, los pacientes con enfermedades previas como hipertensión, diabetes u obesidad presentaron un riesgo mucho mayor de complicaciones graves y mortalidad.
Impacto del COVID-19 en la salud cardiovascular
| Consecuencia cardiovascular | Evidencia científica |
|---|---|
| Aumento de paradas cardiacas extrahospitalarias | +40 % en algunas regiones de Europa en 2020 (ERC, 2021) |
| Trombosis venosa y arterial | Asociada a mayor mortalidad en pacientes hospitalizados |
| Secuelas en jóvenes y deportistas | Casos de miocarditis pos-COVID detectados en revisiones médicas |
| Disminución de RCP por testigos | Reducción del 30 % en algunos países durante confinamientos |
| Retraso en atención hospitalaria | Tiempo de respuesta aumentado entre 2 y 5 minutos de media |
Emergencias cardiacas durante la pandemia
Uno de los cambios más preocupantes fue la disminución de la respuesta comunitaria en casos de parada cardiaca. El miedo al contagio hizo que muchas personas evitaran realizar reanimación cardiopulmonar (RCP), lo que redujo las probabilidades de supervivencia.
Del mismo modo, los desfibriladores públicos (DEA) estuvieron menos disponibles debido al cierre de gimnasios, centros educativos y espacios públicos, lo que limitó el acceso a una herramienta clave en la cadena de supervivencia.
Secuelas cardiovasculares post-COVID
Más allá de los casos graves, el COVID-19 dejó un conjunto de secuelas conocidas como COVID persistente. Entre ellas, destacan:
- Palpitaciones frecuentes.
- Dolor torácico intermitente.
- Dificultad respiratoria y fatiga crónica.
- Alteraciones en la coagulación.
Estas manifestaciones obligan a realizar un seguimiento cardiológico en pacientes recuperados, incluso en aquellos que cursaron la enfermedad de manera leve.
Factores que aumentaron el riesgo cardiovascular tras el COVID-19
- Retraso en diagnósticos médicos por miedo a acudir a hospitales.
- Sedentarismo debido a confinamientos prolongados.
- Incremento del estrés, ansiedad y depresión.
- Alteraciones en la dieta y aumento de peso en la población general.
- Disminución de chequeos preventivos y revisiones cardiovasculares.
Prevención cardiovascular en la era post-COVID
La experiencia de la pandemia refuerza la necesidad de:
- Instalar más desfibriladores en espacios públicos y privados.
- Ampliar la formación en soporte vital básico (SVB) en empresas, colegios y comunidades.
- Potenciar la telemedicina para seguimiento de pacientes con factores de riesgo.
- Promover hábitos de vida saludables que refuercen el sistema cardiovascular.
Recomendaciones para proteger el corazón tras la pandemia
- Chequeos periódicos: medir presión arterial, colesterol y glucosa.
- Actividad física regular: al menos 150 minutos de ejercicio moderado semanal.
- Alimentación equilibrada: dieta mediterránea rica en frutas, verduras y pescado.
- Reducción del estrés: técnicas de respiración, yoga y pausas activas en el trabajo.
- Vacunación y revisiones médicas: para reducir riesgos en caso de nuevas infecciones.
Lo que aprendimos: cardioprotección como prioridad
El COVID-19 evidenció que la cardioprotección no es un lujo, sino una necesidad. La combinación de desfibriladores accesibles, formación masiva en RCP y sistemas de emergencias ágiles puede marcar la diferencia en futuras crisis sanitarias.
En empresas, colegios, instalaciones deportivas y comunidades de vecinos, disponer de un plan de cardioprotección se ha convertido en un pilar de prevención. Además, la monitorización remota de DEA y los programas de mantenimiento aseguran que los equipos estén siempre disponibles.
Lo que no puedes olvidar sobr el covid y la salud cardiovascular
La salud cardiovascular tras el COVID-19 cambió en múltiples dimensiones: aumentaron los riesgos, se redujo la respuesta comunitaria y se evidenció la vulnerabilidad de los sistemas de emergencia. Sin embargo, también se abrieron oportunidades para reforzar la prevención, la educación y la implantación de desfibriladores en la sociedad.
Hoy más que nunca, proteger el corazón significa proteger la vida. La cardioprotección debe estar presente en todos los entornos: desde empresas hasta centros educativos, pasando por espacios públicos y comunidades rurales. Aprender de la pandemia es la mejor estrategia para estar preparados frente al futuro.
Referencias externas oficiales
- Organización Mundial de la Salud (OMS) – Informe sobre COVID-19 y enfermedades no transmisibles.
- European Resuscitation Council (ERC) – Impact of COVID-19 on cardiac arrest response.
- Instituto Nacional de Estadística (INE) – Mortalidad en España durante 2020-2022.
- Sociedad Española de Cardiología (SEC) – Guías sobre COVID-19 y corazón.
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