La cardioprotección y responsabilidad social corporativa. Protege vidas, mejora tu imagen y actúa hoy con un plan de cardioprotección. Te lo contamos todo.

En un entorno empresarial cada vez más comprometido con el bienestar de sus empleados, clientes y la sociedad en general, la cardioprotección y responsabilidad social corporativa (RSC) se han convertido en dos conceptos que convergen con fuerza.

No se trata solo de cumplir con una normativa a de obtener un sello de calidad, sino de asumir un compromiso real con la salud y la vida.

Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en Europa y en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y la Fundación del Corazón. En este contexto, que una empresa implemente medidas de cardioprotección como parte de su estrategia de RSC no es solo recomendable: es una acción de gran impacto social.

¿Qué es la cardioprotección en el entorno laboral?

La cardioprotección cosiste en preparar un espacio para actuar con eficacia ante una parada cardiaca súbita.

Esto implica disponer de desfibriladores externos semiautomáticos (DESA) en lugares visibles y accesibles, contar con personal formado en SVB (Soporte Vital Básico) y seguir una estrategia que incluya mantenimiento, señalética y protocolos de actuación.

Convertir una oficina, fábrica, centro deportivo o espacio comercial en un espacio cardioprotegido es mucho más que adquirir un desfibrilador. Supone asumir que la prevención y la capacidad de respuesta pueden marcar la diferencia en cuestión de minutos.

Cardioprotección como parte de la responsabilidad social corporativa

La responsabilidad social corporativa engloba todas aquellas acciones voluntarias que una empresa lleva a cabo para generar un impacto positivo en su entorno. Tradicionalmente, estas acciones se han enfocado en temas medioambientales, laborales o sociales, pero en los últimos años, la salud y la seguridad han ganado un peso clave en la estrategia empresarial.

La cardioprotección y responsabilidad social corporativa van de la mano cuando se entiende que proteger la salud de las personas forma parte del deber ético de cualquier organización. Instalar un desfibrilador, formar a la plantilla en soporte vital básico, primero auxilios o participar en campañas de sensibilización sobre enfermedades cardiacas son acciones que comunican valores sólidos y responsables.

Beneficios de implementar un plan de cardioprotección en la empresa

Además de ser una medida alineada con los principios de la RSC, cardioproteger un espacio laboral aporta beneficios tangibles tanto para la empresa como para la sociedad:

  1. Salva vidas. El beneficio más evidente y valioso. Una parada cardiaca puede ocurrir en cualquier momento y lugar. Disponer de un desfibrilador y personal capacitado multiplica las probabilidades de supervivencia, especialmente durante los primeros 5 minutos tras el colapso.
  2. Mejora la imagen corporativa. Una empresa que demuestra preocuparse activamente por la salud de sus empleados transmite confianza y compromiso. Esta preocupación genera buena reputación, mejora la percepción pública y puede ser un punto diferencial frente a la competencia.
  3. Cumplimiento normativo y prevención de riesgos laborales. En algunas comunidades autónomas de España existen normativas sobre desfibriladores que obligan a determinados espacios a contar con ellos. Anticiparse a estas exigencias puede evitar sanciones y demuestra que la empresa está alineada con la normativa.
  4. Fomenta la cultura del cuidado. Implementar medidas de cardioprotección refuerza una cultura preventiva en la organización. Los empleados valoran trabajar en un entorno donde se vela por su seguridad, lo que aumenta la motivación y sentido de pertenencia.
  5. Responsabilidad extendida a clientes y visitantes. No solo los trabajadores pueden beneficiarse de un entorno cardioprotegido. También lo hacen clientes, proveedores y cualquier persona que transite por el espacio. El impacto social de estas medidas es, por tanto, mucho más amplio.

Empresas que apuestan por la cardioprotección

Cada vez más compañías integran la cardioprotección dentro de su política de responsabilidad social corporativa. Grandes superficies comerciales, cadenas hoteleras, centros logísticos y hasta empresas tecnológicas están incorporando desfibriladores, ofreciendo cursos de RCP y creando protocolos de emergencia.

Un ejemplo destacable es el de MasOrange, proveedor de telecomunicaciones en España, que ha confiado en la empresa Salvavidas para la instalación de desfibriladores en sus sedes. Esta iniciativa forma parte de su compromiso con la salud laboral y prevención, mostrando cómo la cardioprotección se puede integrar dentro de una estrategia global de bienestar corporativo.

¿Cómo empezar? Claves para cardioproteger tu empresa

Incorporar la cardioprotección dentro del plan de RSC requiere de una estrategia bien definida. Aquí te dejamos los pasos clave:

  1. Evaluación del espacio. Analizar las zonas comunes, la afluencia de personas y los riesgos potenciales.
  2. Adquisición o alquiler de desfibriladores. Existen modalidades flexibles como el alquiler de desfibriladores, que incluyen mantenimiento, formación y seguro.
  3. Formación del personal. Realizar formaciones en SVB y uso del DEA, donde se adquieran conocimientos sobre RCP básico es fundamental para saber actuar con seguridad ante una emergencia.
  4. Señalización y comunicación. Los desfibriladores deben estar claramente visibles, señalizados y registrados en los servicios de emergencia.
  5. Mantenimiento y revisión periódica. Para asegurar su funcionamiento óptimo en todo momento.

La cardioprotección es una inversión con retorno social

A menudo se considera que la cardioprotección supone un coste añadido, pero en realidad es una inversión con alto retorno social. Una empresa que salva una vida o reduce el impacto de una parada cardiaca está generando un valor incalculable, tanto en términos humanos como reputacionales.

Además, incluir estos temas en la memoria de sostenibilidad, en campañas de comunicación o en acciones de voluntariado corporativo potencia la visibilidad del compromiso real de la empresa.

La cardioprotección y responsabilidad social corporativa, un binomio que salva vidas

La cardioprotección y responsabilidad social corporativa son 2 pilares que, cuando se combinan, construyen empresas más humanas, responsables y comprometidas con su entorno. Apostar por la salud del equipo y de las personas que conviven con la organización no es solo una buena práctica, es una decisión ética que puede marcar la diferencia.

Implementar medidas de cardioprotección en el marco de la RSC es una muestra clara de liderazgo, visión y sensibilidad.

Para más información sobre cardioprotección, puedes mandarnos un correo a marketing@salvavidas.com. Estaremos encantados de poder ayudarte.

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