Es este artículo te explico qué es el corazón, cómo funciona y 9 cosas que debes saber para tener un corazón sano.

¿Qué es el corazón?

El corazón es una bomba, que suele latir entre 60 y 100 veces por minuto. En cada latido, el corazón envía sangre a todo el cuerpo, transportando oxígeno a todas y cada una de sus células. Después de distribuir el oxígeno, la sangre vuelve al corazón. Desde allí, la sangre se bombea hacia los pulmones, donde se vuelve a cargar de oxígeno. Este ciclo se repite una y otra vez.

Pero también te cuento algo que seguro no sabías: el corazón es una máquina biológica donde muchas culturas piensan que alberga el alma, es el símbolo de amor, de tristeza, de sinceridad, miedo y hasta de valentía, es el único órgano que puede propulsarse solo.

Y sigue siendo mucho más, cuando utilizas el cerebro del corazón estás creando un estado de coherencia biológico, que es cuando tu organismo se sintoniza y todo funciona en armonía: la respiración, la digestión, el sistema inmune, las hormonas… Todos tus sistemas se sincronizan y se produce este estado de coherencia que facilita el desarrollo, los procesos regenerativos del cuerpo, el aprendizaje y el rendimiento.

¿Qué es la salud del corazón?

Todos los días y aunque no te des cuenta, tu corazón late alrededor de 100.000 veces, impulsando a la sangre a recorrer todos los órganos y tejidos cargada de oxígeno y nutrientes, tal y como te he comentado anteriormente. Por eso, es muy importante mantener sano a tu corazón con buena nutrición, actividad física y otros hábitos saludables, que más adelante te voy a detallar.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como aquel estado de bienestar que va más allá de no padecer enfermedades y que incluye también el bienestar físico, mental y social.

Para tener un corazón sano, es muy importante…

… la salud física, que consiste en el bienestar del cuerpo y el óptimo funcionamiento de tú organismo. Es una condición general de las personas que se encuentran en buen estado físico, mental, emocional y que no padecen ningún tipo de enfermedad.

Sin embargo, tu salud física puede verse afectada de diferentes maneras según el estilo de vida que lleves, el entorno donde vivas o trabajes, según la genética que poseas e incluso depende de la asesoría médica que recibas.

Mantener un estado de salud física estable forma parte de las responsabilidades que cada uno tiene consigo mismo, y se puede alcanzar de manera fácil y a través de la constancia, independientemente de las enfermedades o afecciones heredadas que tengamos, las cuales podemos incluso mejorar.

Pero… ¿por dónde empiezo el cambio?, ¿cómo puedo hacerlo? 

A parte de los aspectos no modificables (la edad, el sexo, la herencia genética, la diabetes…) existen otros riesgos para la salud del corazón cuyos efectos negativos puedes evitar. La prevención es la asignatura pendiente de la salud cardiovascular, por eso aquí te detallo 9 tips que te ayudarán a mejorar:

  • Practica ejercicio físico. Un estilo de vida físicamente activo va asociado a una reducción en la frecuencia y en la mortalidad de las enfermedades cardiovasculares. El riesgo disminuye considerablemente cuando haces ejercicio con regularidad.

Los beneficios de la actividad física son enormes: un corazón y unos vasos sanguíneos más sanos, un peso y una grasa corporal normales, un menor riesgo de diabetes u obesidad, un mejor sueño y un mejor estado de ánimo. La actividad regular evitará la acumulación de grasa visceral (alrededor de nuestro abdomen), que está relacionada con un mayor riesgo de cáncer.

Además, presenta efectos psicológicos muy importantes, que contribuyen a controlar el estrés y aumentar el bienestar mental.

Debes saber que, nunca es demasiado tarde para aprovechar los beneficios de la actividad física. Los estudios han demostrado que incluso las personas que empiezan a hacer ejercicio a los 60 años pueden mejorar su fuerza muscular y su función cardiovascular.

  • Sigue una dieta sana y equilibrada. Seguir unos hábitos saludables en la alimentación puede ayudarte a disminuir tres de los principales factores implicados en las enfermedades del corazón: el colesterol elevado, la hipertensión arterial y el exceso de peso. Así, es posible reducir el riesgo cardiovascular con sólo implementar unos pocos cambios en tu dieta y mantener el corazón sano.

Los hábitos saludables incluyen limitar el consumo diario de sodio y alcohol. Además, la dieta debe consistir principalmente en frutas, verduras, cereales, carnes magras y pescado. Se aconseja reducir las grasas saturadas, concretamente las procedentes de la carne roja y los productos lácteos enteros, y, también se recomiendan los frutos secos, el aceite de oliva y el pescado azul. Por otro lado, la ingesta de fibra también es muy importante (cereales integrales, legumbres, frutas).

  • Si eres fumador/a , ¡déjalo!. El tabaco es uno de los principales factores que se pueden evitar y modificar para disminuir la aparición de enfermedades del corazón.

El tabaquismo es un importante factor de riesgo en las enfermedades cardiovasculares. Sus efectos nocivos sobre el sistema cardiovascular aumentan el riesgo de trombosis, dificultan la irrigación del corazón y provocan una reducción del calibre de las arterias coronarias. Por lo tanto, es esencial evitar el tabaquismo activo, así como el pasivo (entornos de fumadores).

  • Limita el alcohol. El consumo de alcohol moderado (de uno a dos vasos de vino tinto al día) se ha relacionado con una disminución de las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, está demostrado que el abuso del alcohol es perjudicial para la salud.

El consumo de alcohol aumenta el ritmo cardíaco, la presión arterial y los niveles de lípidos. Esta combinación aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, un ataque al corazón y otras enfermedades cardiovasculares.

  • Mantén un peso óptimo. Diversos estudios han mostrado que la obesidad agrava los problemas cardíacos por el sobreesfuerzo al que se somete al corazón. Predispone a sufrir hipertensión, cardiopatía coronaria, accidentes cerebrovasculares, favorece la aparición de diabetes tipo 2… además de otras enfermedades como las pulmonares y las osteoarticulares que también se ven afectadas por la sobrecarga a la que se ven sometidas.

El riesgo de sufrir un accidente cardiovascular es mucho mayor si tenemos sobrepeso u obesidad que si tenemos un peso normal. Aproximadamente el 40% de la incidencia de las enfermedades coronarias se atribuye a un IMC superior a 25. Por ello, es fundamental que cada persona conozca su IMC y actúe en consecuencia, especialmente si tiene más de 20 años. El IMC se calcula dividiendo el peso (en kilogramos) por el cuadrado de la altura (en metros). Si el resultado es superior a 30 significa que estamos ante un caso claro de obesidad, por lo que será importante empezar poco a poco a perder peso, ya que así se reduce considerablemente el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular.

  • Realiza actividades que te gusten y eliminen tu estrés. El estrés es otro factor que puede afectar al corazón. Es más probable sufrir un ataque cardíaco en momentos de estrés, porque el corazón se acelera y aumenta la presión arterial. Cuando esto sucede, el corazón necesita más oxígeno. Esto no quiere decir que el estrés cause enfermedades cardiovasculares, pero sí parece que puede agravarlas.

Las exigencias de nuestros trabajos hoy en día pueden ser estresantes. Por ello, es importante que encuentres momentos para realizar actividades relajantes y placenteras y, también ceñirte a horarios de trabajo razonables que te permitan disfrutar de tu tiempo libre y desconectar del estrés laboral diario.

  • Controla la diabetes. Si padeces diabetes, el control estricto de tus cifras de glucosa (azúcar) en sangre evita lo que se conoce como las complicaciones de la diabetes en las que, básicamente, el nivel alto de glucosa mantenido provoca un deterioro de las arterias del organismo afectando principalmente a órganos como el corazón, el cerebro, los riñones y la visión.

El primer signo de la diabetes suele ser la hiperglucemia. Por ello, se recomienda medir los niveles de glucosa en sangre una vez cada tres años a partir de los 40 años, con el objetivo de detectar precozmente la diabetes y reducir el riesgo de accidentes cardiovasculares y muerte prematura. 

En España, la prevalencia de la diabetes se sitúa en torno al 14%. Sin embargo, casi la mitad de estos casos están sin diagnosticar.

  • Vigila la tensión arterial. La hipertensión arterial es la elevación, mantenida en el tiempo, de la presión arterial sistólica (la que se conoce como la máxima) y/o de la diastólica (conocida como la mínima). Habitualmente no da ningún síntoma pero es importante detectarla y tratarla porque se relaciona con enfermedades cardiacas potencialmente graves como insuficiencia cardiaca y el infarto de miocardio.

Se considera hipertensión cuando las cifras de presión arterial son superiores a 140/90mmHg. Existen diferentes tipos de hipertensión y es muy importante acudir al médico regularmente para controlar las cifras y si aparecen elevadas es conveniente seguir una serie de medidas higiénicas y dietéticas (ejercicio, pérdida de peso, limitación de la sal) así como el tratamiento farmacológico indicado.

  • Mantén el colesterol a raya. El exceso de colesterol en sangre se acumula en las paredes de las arterias, contribuyendo al proceso de arterioesclerosis. Se considera hipercolesterolemia a los niveles de colesterol total superiores a 200 mg/dl y la hipercolesterolemia es un factor determinante en la aparición de la enfermedad cardiovascular.

Está demostrado que las personas con niveles de colesterol en sangre de 240 tienen el doble de riesgo de sufrir un infarto de miocardio que aquellas con cifras de 200. Además, el colesterol alto no da síntomas y sólo lo hacen sus consecuencias. Las medidas sanitarias actuales están encaminadas a la prevención primaria, es decir, a evitar los niveles altos de colesterol y así disminuir el riesgo de estas patologías antes de que aparezca la patología cardiovascular.

La prevención es algo tan sencillo como comer de forma saludable, controlar el peso y hacer ejercicio físico. En los casos que así se requiera, se dispone actualmente de una amplia variedad de fármacos que regulan los niveles de colesterol.

 

¿Te has sentido identificado con lo que acabas de leer?, ¿crees que necesitas cambiar algún hábito?

¡Ojo!, la información proporcionada en esta publicación es sólo para fines generales informativos, y no debe ser considerada como un sustituto del consejo de tu médico u otro profesional de la salud. Si tienes alguna pregunta sobre alguna enfermedad, el cuidado y el tratamiento, o necesitas asesoramiento médico específico sobre cualquier asunto, consulta a tu médico.

P.D. El próximo 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón. Te invito a leer este post: Un día muy especial

P.D2. Si quieres leer otro post sobre hábitos, pincha aquí.