Con la llegada del verano y el incremento de las temperaturas, el riesgo de sufrir un golpe de calor aumenta significativamente.

En este artículo explicaremos en que consiste el golpe de calor y cuales son las causas, síntomas, prevención y tratamiento del mismo.

¿Qué es el golpe de calor?

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) y otras fuentes médicas, el golpe de calor es una condición médica grave que ocurre cuando el cuerpo se sobrecalienta, generalmente como resultado de una exposición prolongada a altas temperaturas o un esfuerzo físico intenso en un ambiente caluroso.

Esta condición se caracteriza por una temperatura corporal central superior a 40 ºC (104 ºF), y puede ir acompañada de síntomas como confusión, piel caliente y seca, náuseas, respiración rápida y pulso acelerado.

El golpe de calor es una emergencia médica que requiere atención inmediata para prevenir complicaciones graves y potencialmente mortales.

Causas del golpe de calor

El golpe de calor puede ser causado principalmente por:

  • Exposición prolongada al calor. Permanecer en ambiente muy calurosos y húmedos por periodos extendidos, especialmente sin una adecuada ventilación y/o acceso a agua.
  • Ejercicio intenso. Realizar actividades físicas intensas en ambientes calurosos, sin tomar pausas o hidratarse adecuadamente.
  • Deshidratación. La ingesta insuficiente de líquidos puede dificultar la capacidad del cuerpo para regular su temperatura.
  • Vestimenta inadecuada. Usar ropa que no permita la evaporación del sudor o que atrape el calor corporal.
  • Condiciones médicas. Algunas enfermedades crónicas, como las enfermedades cardiacas, pulmonares o problemas de tiroides, pueden aumentar el riesgo.
  • Medicamentos. Algunos medicamentos, como los diuréticos, los antihistamínicos y los antipsicóticos, pueden afectar la capacidad del cuerpo para regular la temperatura.

Síntomas del golpe de calor

El golpe de calor se manifiesta a través de una serie de síntomas, que pueden variar en intensidad. Los más comunes incluyen:

  • Temperatura corporal elevada. Una temperatura corporal central superior a 40 ºC.
  • Alteración del estado mental o del comportamiento. Confusión, agitación, dificultad para hablar, convulsiones, delirio o coma.
  • Náuseas y vómitos. Pueden presentarse como resultado de la alteración de las funciones corporales.
  • Piel caliente y seca. A pesar de estar en un entorno caluroso, la piel puede no estar sudorosa.
  • Respiración rápida y superficial. El cuerpo intenta liberar el calor excesivo.
  • Aceleración del pulso. Frecuencia cardiaca rápida y fuerte.

¿Cómo podemos prevenirlo?

Prevenir el golpe de calor es posible mediante la adopción de ciertas medidas preventivas. A continuación, mostramos las más eficaces:

  • Hidratación adecuada. Beber abundante agua y bebidas deportivas que contengan electrolitos, especialmente durante actividades físicas intensas.
  • Vestimenta apropiada. Usar ropa ligera, de colores claros y de materiales que permitan la evaporación del sudor.
  • Evitar las horas con pico de calor. Limitar las actividades al aire libre durante las horas más calurosas del día (generalmente entre las 12:00 y las 16:00).
  • Uso de protección solar. Aplicar protector solar para evitar quemaduras solares, que pueden afectar la capacidad del cuerpo para enfriarse.
  • Ambientes frescos. Permanecer en lugares con aire acondicionado o bien ventilados durante olas de calor.
  • Educación y conciencia. Informar a familiares y amigos sobre los riesgos y síntomas del golpe de calor para que puedan tomar medidas preventivas.

¿Cuál sería el tratamiento?

El tratamiento del golpe de calor requiere atención médica inmediata. No obstante, mientras esperamos la llegada de los servicios de emergencia, podemos tomar las siguientes medidas:

  • Llamar a los servicios de emergencia. Llamar a 112 y solicitar ayuda médica de inmediato.
  • Alejar del foco de calor. Llevar a la persona a un lugar fresco y sombreado. Aplicar paños fríos y húmedos. También se puede rociar agua (tibia) sobre la piel.
  • Posición lateral de seguridad. Poner a la víctima en posición lateral de seguridad para evitar que posibles vómitos obstruyan las vías respiratorias. Además, la lengua puede comprometer la apretura de la vía aérea, dificultando el flujo de aire.
  • Uso de manta de emergencias. En caso de disponer de una manta térmica de emergencias, extender la manta y cubrir a la víctima. Para protegerse del calor, cubrir a la víctima con la cara dorada de la manta en contacto con el cuerpo.
  • Seguir evaluando a la víctima. Evaluar en cada momento como evoluciona el estado de la víctima hasta que lleguen los servicios de emergencia.

Cosas que NO se deben hacer ante un golpe de calor

Ante un golpe de calor, hay ciertas acciones que pueden empeorar la situación del afectado y deben evitarse. Aquí mostramos algunas de ellas:

  • No administrar medicamentos antipiréticos. Medicamentos como el paracetamol o el ibuprofeno no son efectivos para reducir la fiebre causada por un golpe de calor y pueden causar efectos adversos.
  • No dar bebidas alcohólicas o con cafeína. Estas bebidas pueden deshidratar aún más a la persona, agravando la situación. Evitar también las bebidas con exceso de azúcar.
  • No ignorar los síntomas. Si alguien muestra signos de golpe de calor, es crucial actuar de inmediato. No subestimar los síntomas ni esperar a que desaparezcan por sí solos.
  • No sumergir a la persona en agua helada. Aunque pueda parecer útil, sumergir a alguien en agua extremadamente fría puede causar shock y empeorar la situación. Es mejor enfriar gradualmente el cuerpo.
  • No dejar a la persona sola. Siempre acompañar a la persona afectada hasta que llegue la ayuda médica para monitorear su estado y brindar asistencia.
  • No administrar líquidos si está inconsciente. Si la persona está inconsciente o tiene dificultades para tragar, no intentar darle líquidos, ya que podría provocar asfixia.
  • No exponer directamente al sol. Buscar sombra o un lugar fresco.
  • No aplicar hielo directamente en la piel. El hielo puede dañar la piel y causar un enfriamiento demasiado rápido. En su lugar, utilizar compresas frías o toallas mojadas.
  • No dar comidas pesadas o calientes. Evitar ofrecer alimentos que puedan ser difíciles de digerir o que generen más calor corporal.
  • No obligar a realizar actividades físicas. No forzar a la persona a caminar o realizar actividades. Mantenerla en reposo en un lugar fresco.

Para concluir…

El golpe de calor es una condición potencialmente mortal que puede prevenirse con medidas adecuadas y atención oportuna. La conciencia sobre los síntomas y las acciones preventivas es crucial, especialmente durante los meses de verano.

En caso de sospecha de golpe de calor, buscar ayuda médica de inmediato es esencial para prevenir complicaciones graves.

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