En el artículo de hoy te vamos a explicar en qué consisten los primeros auxilios, por qué son tan importantes y, dependiendo de la situación, como habría que actuar. Te lo contamos todo.

Antes de nada ¿Qué son los primeros auxilios?

Según la Universidad de la Rioja y otras instituciones, los primeros auxilios son un conjunto de técnicas y actuaciones que permiten la atención inmediata de un accidentado, hasta que llegue la asistencia médica profesional, con el fin de que las lesiones que haya podido sufrir no vayan a empeorar.

Por lo tanto, los primeros auxilios son la primera intervención ante una situación de urgencia o emergencia.

En muchas ocasiones, los servicios de emergencia tienen unos tiempos de respuesta limitados, es por este motivo que los primeros auxilios cobran tanta importancia. Los primeros minutos desde el accidente suelen ser los más críticos, conocidos como los minutos de oro.

Ahora que ya conocemos en qué consisten los primeros auxilios, es hora de saber ¿Cómo actuar ante las distintas situaciones?

Hay que recordar que tranquilizarse, presentarse a la víctima e indicarle lo que vamos a realizar es también muy importante.

A continuación, haremos un pequeño resumen de las situaciones de riesgo más comunes y la forma en la que sería recomendable actuar.

Conducta PAS (Proteger, Avisar y Socorrer)

Hay que evaluar la escena (antes de actuar, asegurarse de que la escena sea segura tanto para ti como para la víctima) y si hay peligros evidentes, esperar a que el lugar esté seguro. “No queremos pasar de rescatador a víctima”.

Valorar la consciencia y la respiración, dos situaciones que entrañan peligro vital. Luego veremos que también hay otras situaciones de riesgo vital.

Activar a los equipos de emergencia llamando al 112 (también se pueden utilizar algunas aplicaciones).

Hay que recordar que, si existen dudas sobre conciencia y respiración de la víctima, valorar una posible PCR (parada cardiorrespiratoria) e iniciar la maniobra de RCP, siempre siguiendo los algoritmos pautados por la ERC (European Resuscitation Council).

Socorrer en la medida de lo posible sin agravar la situación.

Hemorragias

Aplicar presión directa sobre la herida con un paño limpio o vendaje compresivo para detener la hemorragia. El uso de torniquete está indicado como último recurso.

Fracturas

Evita mover la parte afectada para no agravar la situación. En caso de fractura abierta, controlar la hemorragia. Solo mover a la víctima en caso de que sea necesario.

Quemaduras

Enfriar la zona con agua fría (no demasiado fría) y tapar la zona con un apósito limpio y seco. La gravedad de la quemadura dependerá según la edad (siendo más graves en niños), tiempo de exposición de la víctima, localización (cara, articulaciones, manos, genitales), la profundidad y extensión. En el caso de que aparezcan ampollas, evitar tocarlas y mucho menos romperlas.

Ante la duda del tratamiento correcto, acudir a un centro sanitario.

OVACE (Obstrucción de la vía aérea por un cuerpo extraño)

Hay que diferenciar entre obstrucción parcial o total y seguir las recomendaciones.

Si es parcial, animar a la víctima a que siga tosiendo para expulsar el cuerpo extraño.

Si es total, 5 golpes escapulares alternados con 5 compresiones abdominales, lo que se conoce como la   maniobra de Heimlich. Repetir hasta que sean efectivas.

Convulsiones

Proteger a la víctima de posibles lesiones y colocarla de lado después de que la convulsión haya cesado, valorando el tiempo de convulsión y relajación de esfínteres. Esta convulsión puede ser generada por muchas causas. Tiene que ser valorada por personal sanitario, por eso mejor llamar al 112.

En lactantes son muy frecuentes estas convulsiones febriles.

Intoxicaciones

Valorar la consciencia y respiración, intentar identificar y aislar el foco. Hay que recordar que el teléfono de toxicología es el 91 562 04 20.

ACV (Accidente cerebrovascular o ataque cerebral)

Valorar si hay lenguaje coherente, parálisis facial (cara torcida), problemas para reír, perdidas de visión, desorientación, debilidad y/o dificultad para coordinar movimientos.

Avisar a los servicios sanitarios y de emergencia 112.

IAM (Infarto Agudo de Miocardio)

Intentar que la víctima cese de toda actividad y se tranquilice. Valorar los signos y síntomas asociados a un infarto, dolor opresivo en la zona de la corbata, dolor en cuello, espalda y abdomen (algunas personas refieren dolor intenso con sensación de muerte), insuficiencia respiratoria, náuseas. En ocasiones, estos síntomas se confunden con los de la ansiedad. En el caso de disponer de medicación ya pautada anteriormente, hacer uso de ella.  Ante la duda llamar al 112.

Crisis de ansiedad

También conocido como ataque del pánico, va acompañado de respiraciones rápidas y superficiales (hiperventilación), dolor torácico y sensación de falta de aire. Hay que intentar tranquilizar a la víctima, sentarla en un lugar tranquilo, a ser posible, utilizar una bolsa de plástico o cartón para que respire sobre ella, cogiendo aire por la nariz y soltándolo por la boca, hasta que lo haga a un ritmo adecuado.

Crisis asmática

Dificulta la respiración de la persona, produce episodios de inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias, esas crisis pueden aparecer por alergias, humo del tabaco, ejercicio físico intenso…

Valorar la fiebre, no hacer ningún tipo de actividad, que el ambiente este tranquilo, intentar sentar a la persona, si dispone de medicación pautada como inhaladores, se lo facilitaremos. Ante una dificultad respiratoria grave que no mejora con lo anterior, avisar al 112.

Vómitos

Es más frecuente de lo que pensamos y uno de los riesgos es el atragantamiento. Empezaremos a tranquilizar a la víctima, valorar el vómito (color) y signos de malestar general (palidez, sudoración, mareo…), en caso de duda llamar a al 112.

Golpe de calor

Elevación de la temperatura corporal por encima de 40ºC bien por exposición prolongada al sol o por actividad física a horas de mucho calor. Los niños y personas mayores tienen más riesgo de padecerlo, en caso de sufrirlo puede poner en peligro la vida de la persona. En caso de sospechar un posible golpe de calor, llamar al 112 y seguir las indicaciones.

Las recomendaciones generales serian llevar a la víctima a un lugar fresco y protegido del sol, retirar toda la ropa posible, encender ventiladores si los hay, utilizar paños fríos (cuello, frente, axilas e ingle) y valorar en todo momento la consciencia y respiración.

Picaduras y mordeduras

No suelen ser peligrosas, producen dolor, enrojecimiento, picor e inflamación local. Si la persona que la sufre es alérgica, sí podría conllevar riesgo vital. En este caso habría que alertar al 112, valorar signos vitales, no dar de comer o beber y, en caso de que lleve medicación pautada, ayudar a su administración.

Heridas

Las heridas son lesiones físicas en el cuerpo y generalmente ocasiona pérdidas de continuidad de la piel. Se clasifican en leves y graves.

El tratamiento en las heridas leves sería: lavarse las manos y utilizar guantes, limpiar la zona con suero fisiológico o agua limpia, desinfectar la herida con gasas estériles y clorhexidina, cubrir la herida con apósito estéril.

En las heridas más graves suele haber sangrado abundante, afectando a órganos internos, cara, ojos o heridas infectadas de grandes dimensiones… el tratamiento sería: utilizar guantes o alguna prenda, intentar controlar la hemorragia como se indicó anteriormente y no retirar objetos clavados. Ante la duda de que pueda necesitar sutura, acudir a un centro sanitario para su valoración.

Es importante que estos primeros auxilios sean proporcionados por personas capacitadas y entrenadas. Si no tienes conocimientos suficientes, lo mejor es buscar ayuda profesional de inmediato y seguir las indicaciones del personal sanitario o específico.

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