¿Sabrías cómo actuar ante una emergencia en un colegio? Las emergencias en colegios pueden surgir en cualquier momento y abarcan desde desastres naturales, incendios, amenazas externas hasta accidentes individuales, como podría ser el caso de una parada cardiaca.

Es fundamental que tanto el personal docente, administrativo como los alumnos y estudiantes estén preparados para reaccionar de manera eficaz y coordinada.

A continuación, te lo explicamos más en detalle.

1. Preparación previa. Planificación y capacitación

Antes de que ocurra una emergencia, es imprescindible que la institución educativa cuente con un plan de emergencia bien estructurado. Este plan debe:

  • Identificar los posibles riesgos. Cada institución debe evaluar las amenazas más probables que pueden afectar a su comunidad, como terremotos, incendios, inundaciones o riesgos de seguridad.
  • Establecer rutas de evaluación. Se deben definir y señalizar adecuadamente las rutas de escape para diferentes tipos de emergencias.
  • Capacitación del personal. Todo el personal docente y administrativo debería recibir formación en primeros auxilios y manejo de situaciones de crisis. Es importante saber cómo usar extintores, cómo realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), cómo manejar un desfibrilador y cómo actuar en caso de desastres naturales.
  • Simulacros periódicos. Los simulacros ayudan a que tanto el personal como los estudiantes sepan cómo reaccionar en tiempo real. Estos deberían realizarse al menos una vez al año, simulando diferentes tipos de emergencias.

2. Protocolos generales de actuación en diferentes tipos emergencias

Incendios

En caso de incendio, la velocidad y coordinación son clave. El protocolo debe incluir:

  • Activación de la alarma. Lo primero que debe hacerse es activar la alarma de incendio para alertar a todos en el edificio.
  • Evacuación ordenada. Los docentes deben guiar a los estudiantes hacia las salidas de emergencia de manera rápida, pero sin causar pánico. La evacuación debe realizarse en silencio para escuchar posibles indicaciones.
  • Puntos de reunión. Debe haber áreas designadas fuera del colegio donde todos se reúnan. Una vez allí, el personal debe verificar la lista de asistencia para asegurarse de que nadie se haya quedado dentro del edificio.
  • No usar ascensores. Siempre se deben usar las escaleras, nunca los ascensores, ya que pueden fallar en caso de un incendio.
  • Uso de extintores. Si el incendio es pequeño y el personal está capacitado, pueden intentar apagarlo con los extintores ubicados estratégicamente. Si, por el contrario, el incendio es de mayor dimensión, se debe priorizar la evacuación.

Terremotos

Para situaciones de terremoto, la clave es la autoprotección inmediata y luego la evacuación controlada:

  • Protegerse en el momento. Durante el seísmo, los estudiantes y el personal deben cubrirse bajo los pupitres o mesas, proteger sus cabezas y alejarse de ventanas y objetos que puedan caerse.
  • Evacuación después del seísmo. Una vez que el seísmo haya pasado, se debe evacuar con rapidez, siguiendo las rutas de evacuación establecidas.
  • Punto de encuentro seguro. Las áreas al aire libre, lejos de edificaciones, son los puntos de reunión ideales tras un seísmo.

Emergencias médicas

Las emergencias médicas pueden incluir desde caídas y golpes, hasta problemas más graves como desmayos y ataques alérgicos o incluso paradas cardiorrespiratorias.

  • Primeros auxilios inmediatos. Si un estudiante o cualquier miembro del personal, tanto docente como auxiliar, sufre un accidente, es vital que el personal capacitado en primeros auxilios intervenga de inmediato. Si la situación lo requiere, se deberá hacer uso del desfibrilador y deberán realizarse maniobras de RCP.
  • Llamar a los servicios de emergencia. En caso de ser necesario, se debe llamar inmediatamente a los servicios médicos de emergencia, proporcionando información precisa sobre la situación y la ubicación dentro del colegio.
  • Contacto con los padres o tutores legales. Siempre que ocurra una emergencia médica, se debe contactar con los padres o tutores del estudiante afectado.

3. Evaluación y apoyo psicológico después de la emergencia

Una vez que se ha superado la emergencia, es importante realizar una evaluación para identificar posibles fallos en la respuesta y áreas de mejora.

  • Revisión del plan de emergencia. Después de cada incidente o simulacro, debe revisarse el plan de emergencia para hacer los ajustes necesarios.
  • Apoyo psicológico. Las emergencias pueden generar traumas tanto a los estudiantes como el resto de las personas del centro. Por esta razón, es recomendable contar con un equipo de apoyo psicológico o derivar a los afectados a profesionales para que reciban la ayuda necesaria.

Algunas recomendaciones generales

  • Comunicación fluida. Debe haber una comunicación efectiva y rápida entre todo el personal del colegio, padres, servicios de emergencia y autoridades.
  • Documentación y señalización. Es vital que todo el colegio esté correctamente señalizado con rutas de evacuación y puntos de encuentro. También deberían estar disponibles manuales de primeros auxilios y protocolos de actuación en cada aula.
  • Fomentar la calma y la seguridad. Los docentes y el personal deben actuar con serenidad para trasmitir calma a los estudiantes. La seguridad y protección de los niños debe ser siempre la prioridad número uno.

Estar preparados para actuar ante una emergencia en un colegio no solo es una obligación, sino una necesidad para garantizar la seguridad y el bienestar de toda la comunidad educativa.

La planificación, capacitación y realización de simulacros son fundamentales para reducir el riesgo de lesiones graves y salvar vidas ante cualquier eventualidad.

Un entorno escolar seguro es aquel que anticipa los riesgos y se prepara para enfrentarlos de manera eficaz y ordenada.

Esperamos que haya sido de utilidad y que ahora tengas un poco más claro cómo actuar ante una emergencia en un colegio.

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