Diferencias de género en enfermedades cardiacas: claves en prevención.

Las enfermedades cardiacas afectan de forma distinta a hombres y mujeres. Reconocer estas diferencias en síntomas, factores de riesgo y estrategias de prevención permite mejorar el diagnóstico precoz y reducir la mortalidad cardiovascular.

Las enfermedades cardiovasculares

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en España y en el mundo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), provocan más de 17 millones de muertes anuales a nivel global. Sin embargo, no afectan por igual a hombres y mujeres. Durante años, la medicina cardiovascular se ha estudiado y tratado con un enfoque masculino, lo que ha generado retrasos diagnósticos y un aumento de mortalidad en la población femenina.

Hoy en día, cada vez más investigaciones confirman que las diferencias biológicas, hormonales y sociales entre géneros influyen en la incidencia, evolución y tratamiento de las enfermedades cardiacas. Por ello, integrar la perspectiva de género en la prevención cardiovascular se ha convertido en una prioridad para mejorar la salud pública y reducir la mortalidad.

El corazón y el género: por qué no se comporta igual

El sistema cardiovascular de hombres y mujeres presenta diferencias fisiológicas que explican la distinta evolución de las enfermedades:

  • Hormonas protectoras: los estrógenos ofrecen a la mujer un efecto protector frente a la aterosclerosis hasta la menopausia. Tras esta etapa, el riesgo cardiovascular aumenta de manera significativa.
  • Tamaño y estructura: los corazones femeninos suelen ser más pequeños, con cavidades ventriculares reducidas, lo que influye en la respuesta al esfuerzo y a determinadas arritmias.
  • Distribución de grasa: en los hombres predomina la grasa abdominal, mientras que en las mujeres se concentra más en caderas y muslos, lo que afecta al riesgo metabólico.

Estas diferencias, lejos de ser anecdóticas, deben guiar el enfoque médico y las estrategias de prevención.

Síntomas distintos en hombres y mujeres

Uno de los problemas más relevantes en la cardiología de género es la diferencia en la manifestación de los síntomas, especialmente en los infartos.

En los hombres, los síntomas clásicos son:

  • Dolor opresivo en el pecho, irradiado al brazo izquierdo.
  • Sudor frío.
  • Mareo súbito y pérdida de fuerza.

En las mujeres, los síntomas suelen ser menos específicos:

  • Dolor en mandíbula, cuello o espalda.
  • Fatiga intensa sin causa aparente.
  • Náuseas, vómitos o dolor abdominal.
  • Dificultad para respirar.

El hecho de que los síntomas femeninos sean más difusos provoca que, en muchos casos, se confundan con problemas digestivos o de ansiedad, retrasando el diagnóstico y reduciendo las posibilidades de supervivencia.

Factores de riesgo cardiovascular: impacto desigual

Algunos factores de riesgo son comunes a ambos géneros, pero afectan de manera diferente.

Factores de riesgo y diferencias de género

Factor de riesgo Impacto en hombres Impacto en mujeres
Tabaquismo Incrementa el riesgo de infarto a edades tempranas Aumenta el riesgo incluso con menor consumo
Hipertensión arterial Prevalente desde los 40 años Riesgo mayor tras la menopausia, con mayor mortalidad
Diabetes Multiplica por 2 el riesgo de enfermedad coronaria Multiplica por 3 o 4 el riesgo de infarto
Obesidad abdominal Muy frecuente, relacionada con síndrome metabólico Riesgo alto tras la menopausia, agravado por resistencia a la insulina
Estrés y depresión Menos reportados en varones Más frecuentes en mujeres, con fuerte vínculo cardiovascular

El papel de la edad y la menopausia

La edad es un factor determinante. En los hombres, la enfermedad cardiovascular suele aparecer antes, mientras que en las mujeres se retrasa gracias al efecto protector de los estrógenos. Sin embargo, tras la menopausia, el riesgo se iguala o incluso supera al de los hombres.

Esto significa que la prevención en mujeres debe intensificarse a partir de los 50 años, momento en que la incidencia de hipertensión, diabetes y colesterol alto aumenta significativamente.

Prevención adaptada a hombres y mujeres

La prevención de las enfermedades cardiacas debe contemplar las diferencias de género para ser eficaz.

Estrategias generales

  • Mantener una dieta mediterránea rica en frutas, verduras, legumbres y aceite de oliva.
  • Practicar ejercicio aeróbico moderado al menos 150 minutos a la semana.
  • Evitar el tabaquismo y reducir el consumo de alcohol.
  • Controlar la presión arterial, el colesterol y la glucosa.

Estrategias específicas para mujeres

  • Vigilancia especial durante el embarazo, ya que complicaciones como la preeclampsia o la diabetes gestacional aumentan el riesgo futuro.
  • Mayor seguimiento postmenopáusico, con chequeos cardiológicos periódicos.
  • Considerar la salud emocional, ya que la depresión y el estrés afectan más al corazón femenino.

Casos reales y estadísticas en España

En España, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), las enfermedades cardiovasculares causaron más de 120.000 muertes en 2022, de las cuales el 53 % correspondieron a mujeres. Esto refleja que, a pesar de los avances, la mortalidad femenina sigue siendo mayor.

La razón principal es el retraso diagnóstico y el menor acceso a tratamientos invasivos como angioplastias o cirugías coronarias. Mientras que los hombres suelen recibir intervenciones de forma más rápida, en las mujeres persiste una tendencia a infravalorar los síntomas.

Señales de alerta que no debes ignorar en mujeres

  1. Dolor en mandíbula, cuello o espalda acompañado de cansancio.
  2. Sensación de falta de aire repentina sin esfuerzo físico previo.
  3. Náuseas o vómitos persistentes junto a malestar torácico.
  4. Fatiga extrema que impide realizar actividades cotidianas.
  5. Mareos frecuentes sin causa aparente.

Recomendaciones prácticas para empresas y comunidades

  1. Instalar desfibriladores en espacios públicos y centros de trabajo.
  2. Incluir formación en soporte vital básico con perspectiva de género.
  3. Realizar campañas de sensibilización dirigidas a mujeres sobre síntomas atípicos.
  4. Promover programas de prevención cardiovascular en la menopausia.
  5. Implementar revisiones periódicas que incluyan control de glucosa, tensión y colesterol.

Avances en la investigación con perspectiva de género

En los últimos años, los ensayos clínicos han comenzado a incluir más mujeres en sus muestras, lo que ha permitido conocer mejor cómo afectan los tratamientos a cada género.

Por ejemplo, ciertos fármacos antihipertensivos muestran mayor eficacia en mujeres postmenopáusicas, mientras que otros tratamientos para la insuficiencia cardiaca se ajustan mejor a la fisiología masculina. Estos avances refuerzan la necesidad de seguir investigando con enfoque de género.

Lo que no puedes olvidar de este artículo

Las diferencias de género en enfermedades cardiacas son un factor clave que debe considerarse en la prevención, el diagnóstico y el tratamiento. Reconocer que los síntomas, factores de riesgo y respuestas al tratamiento no son iguales en hombres y mujeres es fundamental para reducir la mortalidad y mejorar la calidad de vida.

La clave está en la educación, la prevención y la formación con perspectiva de género, tanto en la población general como en los profesionales sanitarios. Solo así se conseguirá una cardioprotección equitativa y eficaz para todos.

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